Seguidores

sábado, 12 de mayo de 2012

Tú.

No te metas. Somos dos pequeñas princesas que juegan a ser felices.


17 de noviembre, del 1999. El día en que nació, la princesa más bonita de este mundo.

Caminas despacio cuando crees no tener a nadie. Relajas tus músculos y disfrutas de lo que era y no fue. Sigues, dejando atrás todo lo que habías hecho mal y afrontando tu destino, caminando en tu camino. Y cuando llega el final, cuando ya no tienes que hacer nada, porque tu destino se ha ido a la mierda, ella, ella entre todas las del mundo, te coge de la mano y te lleva hacia su lugar. Te aparta de la soledad, te enseña la luz dentro de una habitación oscura. Te ilumina, y encima después de todo, te quiere. Te levanta, si te caes. Te limpia si te ensucias. Es todo lo que puedes desear y es como la hermana que nunca tuve. Es la mejor persona que he conocido nunca. Y después, después de todo lo que hace por mí, es la única que me saca una sonrisa cuando estoy triste y la que me obliga a sonreír aún sin yo querer. Es mi mejor amiga, y la persona por la que daría incluso lo que no tengo, para que fuese feliz. Es a la que cogería de la mano, sin maletas, sin problemas, y me largaría corriendo lejos. Lejos de toda la mierda que nos envuelve.

Puse música sin pensar que sería de ti y de mí. Cerré los ojos, e imaginé todo lo que hicimos, y todo lo que nos queda por vivir. Lloré, lloré con cada nota de esa canción que nos identificaba, y esa canción que marcó nuestros días en mi pequeña casa. Recuerdo los abrazos a las doce de la noche. Las madrugadas hasta las tres. Las risas, las lágrimas. Las salidas hacia parques desconocidos. El metro, el móvil. Pero sobretodo, recuerdo el día en que te vi por primera vez. El primer día en el que te abracé, y me di cuenta de que allí, justo ese día, justo ese instante, fui feliz. Sonreí sin preocuparme por mis dientes, ni por mis mejillas pequeñas y sonrosadas. No me preocupé por el que dirían, o por el que dirán. Fui feliz. Fui el día en el que más feliz me sentí.

Y ahora, seguimos como meses atrás habiamos estado. En puntas diferentes, lugares lejanos. Separadas por esto a lo que se llama distancia, y en partes importantes del mundo en el que vivimos pero no queremos vivir. ¿Qué podría decirte, que no sepas? Me pregunté antes de empezar esto. Supongo que ya sabes incluso más cosas de las que yo misma sé, o no te cabe duda de que después de nuestras peleas, hemos conseguido ser más fuertes y querernos más que antes. Por mí cabeza se ha pasado tantas veces el echo de perderte, que me asusto de volver a pensarlo. Si te pierdo, me pierdo. Si te vas, corro detrás de ti. Si alguna vez esto se perdiera, si por alguna extraña razón, se nos olvidara porque somos amigas, no dudes en leer esto, y sonreír al hacerlo. Somos amigas, porque ambas decidimos serlo. Lo somos porque estamos echas la una para la otra. Porque nos odiamos, nos queremos. Nos matamos pero moriríamos la una por la otra. Lo somos, porque nuestro destino empezó el día en que nos conociamos. Y el destino que ahora formaremos, lo construiremos juntas. Como hemos hecho desde el día en que nos vimos en la encruzijada de aquel diciembre perdido.

¿Qué necesitas para ser feliz? Fácil, te necesito a ti.
Te quiero. Forever & always

sábado, 5 de mayo de 2012

#11: "No sé que siento".

Para ella. Ya sabe quién es, no cal que especifíque. Para ella por hacerme sonreír en estos cinco meses como nadie nunca lo ha hecho. Por merecerse todo lo que tiene ahora, y por que sea feliz. Para ella. Porque la quiero.

Me sujeté en su pecho mientras todos los de aquel restaurante, nos observaban curiosos y risueños. Los más atrevidos soltaban un ‘llévatela al baño y hazla mujer’ y los más gilipollas ya se pasaban con las guarradas que decían por la boca. Miré por la ventana, el final de la calle. Iván y Mandy seguían hablando. Él con un cigarro ya muy gastado y prefabricado por él, y ella con un aspecto triste, y a la vez melancólico. Mario me cogió de la mano, y fuimos a pagar mientras ellos dos hablaban.
-¿Qué fue de nosotros?-Oí que decía Amanda mirando hacia Iván-Has cambiado.
-Hemos cambiado.-Le contestó él calando hasta el último humo de ese apestoso cigarro-A lo mejor lo nuestro nunca iba a llegar a nada. O la tensión que teníamos era sólo sexo.
-Normal que te digan que eres un cerdo.-Dijo ella cabizbaja-Yo no he llegado a pensar que lo nuestro era eso.
-Pues yo sí.-Dijo acercándose a nosotros-Yo si he pensado que lo nuestro era, aquí te pillo, aquí te follo, princesa.
-Eres un cínico.-Dijo levantando la mano para soltarle un guantazo de los suyos.
-Eh, eh.-La aguantó Mario-Aquí no, coño. En la calle.-Me eché a reír.
-Calla que te lo va a dar a ti, imbécil.-Dije por lo bajo-Va Man, ¿qué te ha dicho?
-La verdad.-Contestó rápido Iván.
-Pues no le creas.-Cogí a Mandy de la mano y la abracé-A veces lo que para él, su boca dice que es la verdad, su corazón dice que es la mentira. Ignórale, no merece la pena que te enfades ni te enfurruñes por alguien como él. Es el típico de los típicos. Cuando pasas de ellos, es cuando te hacen caso, créeme.
-¿Y si siento algo por él, de lo que me he intentado convencer que no lo siento, y se va a escapar en el momento más tonto?
-Pues sí se te escapa, se te escapó. Conozco a este gilipollas desde parvulario, y sé que tiene más sentimientos de los que aparente tener. Es sólo que no sabe comportarse con alguien que le gusta, y actúa así. Como un retrasado mental.
-Me parece bien tu conclusión.-Dijo Mandy riendo.
-A mí que sonrías. No estés mal por alguien como él, y mucho menos le demuestres que lo estás ante sus ojos. Si te dijera yo, que antes de que se acabe el verano, este de aquí se ha enamorado de ti, acertaría. Porque es la verdad.
-Te quiero, tonta.
-Y yo a ti, imbecila. Pero a veces debes de pensar que los tíos son así. Que este es solo uno de los muchos que te vas a encontrar por tu vida, y que a lo mejor, este no es para siempre. Pero estoy segura que llegará alguien, que lo será hasta el fin de tu vida.
-¿Y tú?-Dijo cambiando la cara sin apartarse de mí-¿Qué te traes con Manolo?
-¿Manolo?-Reí-Hacia tiempo que no le llamaba así-Sonreí-Nada especial que no sea una amistad.
-Sí, sí. Ya, ya. A alguien le gusta Mario…-Nos reímos.
-Eres una cotilla.
-Igual que tú, ¡por eso somos amigas!-Me reí.
-¿No era porque nos queríamos?
-No, no.-Dijo segura-Es porque somos idénticas. ¿Quién si no iba a aguantarte? ¡Pues alguien como yo!
-A que me aguantas…
-Ay, que tonta eres. Te aguanto porque quiero, y porque tú me aguantas cuando nadie lo hace. Te aguanto porque eres importante para mí, y porque me gusta que te pongas tristona y te hagas más pequeñita de lo que eres para abrazarte. Te aguanto porque sí, y punto.
-¡Eso no es una razón!-Dije mientras salíamos del restaurante-El porqué sí, no vale.
-Pues porque lo digo yo.-Me sacó la lengua, y me besó la mejilla-Anda boba. Sabes el porqué, y punto. Yo te escribí en una libreta, me acuerdo perfectamente, que yo iba a estar en lo bueno y en lo malo. Y que confiaras en mí como si fuese tu propia sombra, ¿recuerdas? Pues ya está. La hago con mucho gusto, todo lo que hago. Y más si lo hago por ti.-Sonreí.
-Eres tonta.
-Mucho y lo sabes.
-Pero eres mi tonta, ¿sí?
-¿Siempre, Manolita?-Me dijo sonriente.
-Siempre.

Iván decidió marcharse a dormir a casa de Mario. Amanda y yo nos quedamos solas en su casa, y como de costumbre, comenzamos a oír ruidos y a ver cosas que no estaban, pero parecían estar. Amanda llevaba una lámpara sin encender, y yo una linterna por si era un fantasma o algo parecido. Las dos, a las dos y media de la madrugada que eran, nos dimos por vencidas y picamos a la puerta de Mario. No pensábamos dormir sabiendo que ahí había algo que no era muy normal.
Mario nos dejó su cama para que durmiéramos juntas como siempre. Ellos, no sé si decirlo, más caballerosos, estuvieron hasta tarde jugando a que sabe que cosas, y acabaron rendidos en el sofá. A la mañana siguiente, me desperté por cierto olor a café que no era muy normal, y agarré un muñeco de la cama del vecino de Mandy por si era un ladrón. Caminé, no demasiado deprisa por si me oía, y me paré al ver quién era.
-Son las diez de la mañana.
-Las nueve en Canarias.
-No seas gilipollas, que lo sé. ¿Quién eres tú, y dónde está mi amigo?
-Me lo he comido.-Rió irónico.
-Iván, te sueles levantar a las dos del mediodía. ¿Y ese cambio repentino?
-No he podido dormir sabiendo que Amanda estaba en la otra habitación.
-¿Por qué? ¿No era sólo sexo para ti? Bueno, que me parece feísimo, pero ¿no crees que te estás contradiciendo?
-Es que yo ya no sé que siento por ella.-Se sentó en el sofá con el café.
-¿A qué te refieres?-Dije acoplandome a su lado.
-A que tengo miedo a enamorarme.
***
Sé que el capítulo no me tocaba a mí, pero Adriana no ha podido por una serie de cosas. Mientras ella no pueda, seguiré escribiendo yo para no dejar de lado este blog. Sé que os gusta más como escribe mi Manolita, pero lo siento muchísimo, me vais a leer a mí xd Espero que os haya gustado, y que leáis el próximo capítulo, que yo espero que sea el de ella :)
Mil besitos <3

domingo, 22 de abril de 2012

Premio//Relato



El hacerme ilusiones, luego me lleva a la tristeza, a los lloros, a estar comiendole la cabeza a mi mejor amiga por ti. Mira que me lo ha avisado, que no eras bueno para mi, que no le dabas confianza. Mira que me lo repitió veces, y yo como una tonta, defendiendote.
 Ahora me he dado cuenta con que cartas juegas. Juegas con las cartas de: "Te amo pero luego paso de ti" con esas cartas de "Amor, cielo, hermosa, pero eso a otra" 
Pero, ¿para que lo voy a negar? Me gustaria mirar a mi lado y verte, acariciandome el pelo y sonriendo. Eso, eso mismo, es lo que mas anhelo, y lo que, sé que nunca pasará, porque, por muchos "te amo" que me digas, se que no lo haces, que lo dices por no tirar la carta de "Paso de ti". Tarde, esa carta ya la he sacado yo, cielo.
Y ahora lo veo distinto, diferente, raro extraño, tonto y tantas veces cínico que parece que es jugar a hacerse daño.


 .................................................................................................................................................................


Bueno, ¿qué deciros? Que con un comentario vuestro, me sacáis una sonrisa enorme. Que, ¿por qué pongo aquí el premio? Porque el otro está más abandonadillo (pobre) y este más activo asi que aquí van las diez personitas:

Mel- Que aunque tenga ya el premio me da igual. Es mi hermana y la persona más importante de mi vida. Se lo debo todo a ella. Es la mejor persona que he conocido en mi vida, la quiero con locura. Y con ella he pasado los momentos más bonitos de mis 12 años. Chiquitita, te quiero (L)
Moni-Que también tiene el premio pero me da bastante igual. Es una persona genial, muy importante también. En serio, no te mereces todo lo que te ha pasado porque eres una persona estupenda y tendrás de lo mejor en tu vida ¿vale?
Débora-Que más de lo mismo, también tiene el premio, pero se lo doy a quien se lo merece. Pues, no te conozco mucho pero con todos tus comentarios me sacas una sonrisa porque comentas siempre y de verdad, muchísimas gracias preciosa.
C-Magnífica persona, de lo poquito que la conozco es genial. Me saca también una sonrisa con sus comentarios y que, yo me leo tu blog, pero no comento. Lo siento mucho, en serio, a partir de ahora comentaré en todas tus entradas ¿vale?
Ali-Pues también comenta en todas las entradas (o prácticamente todas) Que es super maja y una persona muy buena J
Wendy-Bueno, pues mi Wendy es mi loca. Esa que no se toma la tensión ni para atrás. Que la quiero mucho, que escribes genial. Y que te quiero, bonita <3
Luna-Pues es muy buena niña y nada, que os paséis por su blog ¿va?
Maria del Mar-Bonita, que aunque no tengas blog, sé que nos sigues (que lo he visto) y que eres muy buena nena. Te quiero, bonita <3
Andrea(C-Box)-Que la veo todos los días y es muy buena niña. Que te quiero, bonita ^^
Laila-¡Mi Laila! Que la quiero y que, aunque no comente, yo la doy mi premio. Preciosa, que, a ver si hablamos algún dia ¿va?

Y esto es todo. Ahora tenéis que pasarlo y tal tal.
NECESITO VUESTRA AYUDA. El relato de arriba, ¿os gusta? Necesito que me lo digáis ya, porque es para llevarlo mañana a un concurso de mi clase. Un besito enorme y decidme por favor si os gusta.
PD: Voy a escribir el capítulo 11 J Supongo que estará para esta noche. 

#10: "El error más bonito de mi vida".

Para él. Por ser mi error.

Después de pasar la mañana con Amanda, decidimos ir a comer fuera de casa. No quería volver a verle, puesto que en realidad, no me apetecía recordar lo que había pasado antes. Era remover el pasado que tanto me dolía, tocar la herida que aún sangraba. Era volver a construir muros que él mismo había roto con su sonrisa, y era volver al hecho de que seguía sola delante de semejante príncipe sin corona. No quería arrepentirme de lo que había sentido. De los besos que no le había dado, ni de los abrazos que se llevó sin querer queriendo. No quería arrepentirme de haber sentido tanto hacia él, ni de las cosas tan bonitas que me decía para hacerme sonreír. Mario para mí era tanto, y a la vez tan poco, que con solo el roce de sus manos en mi piel, podía llegar a tocar el cielo. No estaba enamorada de él, porque no creía en el amor y mucho menos en la distancia. Mario para mí era mi destino. El punto y final que tendría mi historia, mi vida. Mario era el único con el que me sentía yo misma, con el que no tenía que ser otra. Con el que lloraba y sonreía a la vez sin preocuparme por mis desastrosos dientes. Por mi sonrisa torcida. Él era tanto para mí, que era increíble el hecho de que no fuera capaz de mirarle a los ojos y decirle lo que sentía en ese momento. Era tanto, que me sentía culpable por haberle echado en cara lo que hizo, sin tener ni idea del por qué.
-Lo siento.-Dijimos a la vez, cabizbajos.
-Perdona, habla tú.-Me dijo él mientras que caminábamos hacia la mesa.
-No, hazlo tú.-Nos quedamos en un profundo silencio. Ninguno de los dos levantaba la mirada, ni se tocaba como solíamos hacer antes. No éramos capaces de hacer nada, porque para nosotros era demasiado el sentimiento de estar así.
-Va coño, si se ve que os queréis.-Intervino Iván de la mano de Mandy-Dale un beso ya, tío.-Mario se sonrojó.
-Un piquito.-Dijo Amanda abrazándome por detrás-Un piquito largo y bonito.-Me dio un beso en la mejilla, y me frotó con la mano mi brazo-Guapa.-Me susurró en el oído-Dile lo que sientes ahora que puedes. No seas como yo que espero siempre hasta el final.
Mandy y yo nos sonreímos cómplices. Nos entendíamos tan bien, y sabíamos lo que una pensaba de la otra, que era raro que en aquel momento no supiera que iba a ser incapaz de decirle a Mario que le quería.
Nos sentamos unos en frente de otros. Amanda se sentó a mi lado, y comía divertida riendo de cómo Iván y Mario se metían las patatas en la nariz. Yo en cambio, con la mirada perdida puesta en la calle, empecé a darme cuenta de que no echaba de menos mi ciudad ni mi gente. En realidad, diciendo mi gente solo podía decir mi madre, puesto que mi familia realmente era mi reducida. Echaba de menos de Barcelona, los helados tan baratos de mi pueblo. Quizá también, la playa y ese aroma embriagador de la brisa veraniega. Pero, ¿echar de menos a alguien de esa ciudad? Borracha. Odiaba todos los que me odiaban a mí. Nadie me soportaba ni yo les soportaba a ellos. Si estar en Madrid, ya había llorado, no me podía imaginar lo que podía estar pasando si en esos momentos hubiera estado en Barcelona. Allí no es que fuera otra más en el mundo. Es que no era nadie, realmente. Nadie.
-¿Qué te pasa, enana?-Soltó Iván con su magnífica sonrisa de imbécil.
-¿Sabes algo de Natalia?-Le dije cortante-¿Hay problemas por allí? Iván, tu sabes más que yo de eso.
-¿Por qué lo quieres saber, medio metro? Déjala en paz.
-¿Por qué la defiendes?-Saltó Amanda-¿Qué pasa Mel, te está molestando?
-No en eso.-Dije seria-Es que cuando nos marchamos…
-¿Qué pasó?-Dijo Iván-Eso no me lo explicaste.
-Tenía un diario con ella. Algo pasajero, una chorrada realmente. Es de hacía mucho tiempo, pensaba que lo tenía olvidado, pero no. Me dijo que lo iba a sacar a la luz.
-Hija de puta.-Dijo Amanda.
-¿Por qué no me dijiste nada?-Dijo Iván intentando tranquilizarme-Sabes que le hubiera dicho algo.
-¡Nos íbamos ya! Solo necesitaba joderte el viaje.-Dije intentándome aguantar las ganas de llorar.
-Imbécil.-Me dijo Iván dando uno de sus famosos abrazos en los que no sentías nada.
-Prefiero los abrazos de Mario.-Dije intentando sacar algo de pesimismo a la situación. Mario se sonrojó y se acercó a mí.
-¿Quieres uno?-Dijo rodeándome con sus brazos. Yo solo fui capaz de hundirme en ellos.
-Bueno, creo que aquí sobramos, corazón.-Dijo Iván mirando a Mandy-Vámonos afuera que quiero hablar contigo.-Amanda sonrió de forma irónica, mientras se alejaban juntos hablando. Mario se sentó a mi lado muy dulcemente, y me levantó con el dedo índice mi cara llena de lágrimas. Me besó la frente, y me apretó más contra él.
-Le dije una vez Amanda, que no quería perderla, y no la perdí. Ahora no quiero perderte a ti.
-Y no lo harás.-Dijo él.
-Tengo miedo a que cuando me vaya, te olvides de mí.-Me apoyé en su pecho-Te des cuenta de que solo fui un amor de verano.
-No, eso nunca.-Contestó-Recordaré todos estos momentos, todo lo que vivimos. Las sonrisas y las lágrimas que hemos llorado juntos. Recordaré todo, porque te recordaré. Y cuando tú me recuerdes, justo en el mismo momento en el que lo haga yo, sonreiremos. Estaremos lejos, muy lejos. Pero no lo suficiente como para dejar de sentir esto que siento por ti. No como para olvidarte, para enamorarme de otra que no seas tú. Esto acaba de comenzar, Melania. Y como me enseñó a decir Amanda, los imposibles no existen. Y por eso, nuestro amor, será para siempre.
-Nunca pensé que diría esto, pero si eres un error, eres el error más bonito junto con Amanda que tengo.
-Y si juntos somos un error, espero que todos los errores que tenga en mi vida, sean tan preciosos como tú.

#9 La historia de mi vida.



-Cuando los cerdos vuelen, cielo-le guiño un ojo y me separo de él. Me voy hacia una silla y me siento. Iván viene y se pone delante de mi.
-¿Y tú cuantos novios has tenido?-mis ojos se abren como platos. ¿A que viene esta pregunta?
-¿Por qué lo preguntas?
-Pues, por saber-baja la mirada y yo le levanto la cabeza.
-Pues, la verdad es que, uno. Supongo-abre mucho los ojos-¿Qué pasa?
-¿Sólo uno? Si tienes 16 años.
-Ya… Pero de pequeña, al ver la separación de mis padres me prometí una cosa. Nadie iba a romperme el corazón. Y así ha sido… Créeme, por mucho que parezca una niña pija, no lo soy. Al contrario. Me gusta el rap, las camisetas escotadas y los pantalones cortos. Me gusta no tener que depender de nadie. Aunque hay veces en que lo necesito. Soy dura aunque lloro a menudo. En fin, suelo ser muy bipolar. Y esta, es la historia de mi vida.
-¿Y yo? Y lo he pasado muy mal, también Amanda. Yo no soy este chico, el que ves. El que lleva polos y camisas. Yo soy el chico al que le ponen las tías como tú, el que lleva pantalones con los que se le ve todo el culo, el que lleva camisetas de “The Rolling Stones”, al que le gustaría hacerse un tatuaje y algún que otro piercing. Mira, yo también te he contado la historia de mi vida.
-Pues ya estamos iguales. Anda vamos, fuera. A dar una vuelta-estiro mi brazo y él me coge la mano. Salimos y miramos en el salón, Mario y Mel están en el salón sonrío y estiro a Iván, para no interrumpirlos. Nos metemos en mi habitación.
-No me apetece dar una vuelta.
-A mi tampoco.
-Amanda…
-Dime-le miro y me coge de la mano.
-¿Sabes dónde hay algún sitio para hacerse tatuajes?
-No, pero podemos mirar-enciendo el ordenador  y busco sitios cercanos. En eso oigo unos gritos y alguien que llora. Miro a Iván y los dos salimos al salón. Son Mel y Mario. Cojo a Mel y la abrazo. Nos sentamos en el suelo y mientras que la acaricio el pelo ella deja de llorar.
 -¿Qué pasa mi vida?-Dije  limpiándole las lágrimas-¿Qué te pasa con Mario?
-Es que… no puedo decirlo Mandy. Me duele demasiado.
-Va, corazón. Si quieres puedes. Hagas lo que hagas, o sientas lo que sientas hacia él, yo te voy apoyar. Y si te duele, y no puedes sola, déjame ayudarte.
-Pero Mandy…
-Venga, dímelo.-Dije poniéndole un mechón de pelo detrás de la oreja-¿Por qué has llorado?
-Por qué le quiero demasiado.-abro los ojos como platos. ¿Por fin lo reconoce? ¿Al fin dice que está enamorada? Sonrío y la miro.
-¿Ves? Estabas enamorada, te lo dije. Se te ve en los ojos. En como brillan cuando hablas de él o con él.
-Pero ese es el problema, no quiero estar enamorada.
-El corazón entiende a razones que la razón desconoce. Déjate llevar por una vez y dile que estás enamorada.
-¿Y tú con Iván? ¿Qué ha pasado ahí dentro?-cambia radicalmente de tema. La miro y niego con la cabeza.
-No ha pasado nada, hemos estado hablando. De cómo soy, de cómo es… En fin…
-¿Y tú cuando le vas a decir que le quieres?-ahí me ha pillado.
Pues, supongo. Que el día que os vayáis se lo contaré.
-¿Cómo? No Mandy, no puedes hacer eso.
-Si puedo y es lo que voy a hacer. Mel, tú no lo entiendes. Sé que no está enamorado de mí. Es más, creo que está enamorado de otra.
-¿Estás tonta? Él me lo dijo. Está enamorado de ti-se tapa la boca como intentando que no me de cuenta de lo que ha dicho.
-¿Cómo? ¿Y no me lo dijiste?
--resignada me contesta-Me dijo que no se lo dijera a nadie. ¿En serio no notas que está enamorado perdido de ti?
-Pues no, seré la única.
-Si, eso es-se levanta y se sacude la ropa. ¿Sabes qué? Te vas a cambiar de ropa. Yo sé como le gustan las chicas y le gustan como tú eres, Mandy. Atrevida, decidida… Y por eso, toma-me tiende esto - te vas a poner esta ropa. Ya verás cómo se le cae la baba-me río y me cambio. La abrazo.
-Gracias, por todo. Mel, te quiero mucho.
-Y yo a ti, chiquitita-la abrazo muy fuerte y me separo.
-Y ahora vámonos, quiero enseñarte algo-abrimos la habitación y vemos a Mario. Parece que está llorando. Pobre, en el fondo también me da pena. Ya hablaré con él-Chicos, nos vamos, a la hora de comer en “La Plata” ¿vale Mario?-asiente sin mirarme y nos vamos.
-Hasta luego-decimos Mel y yo a la vez.
Empezamos a caminar, deprisa, sin parar. Llegamos al famoso parque de San Isidro. A Mel se le ilumina el rostro. Me acuerdo que hace tiempo escribió sobre él y siempre lo había querido ver. Pues ahora puede verlo de cerca. Caminamos hasta la zona de las fuentes, en lasque hay algunos bancos. La pasamos y la llevo hasta un pequeño parquecito, dentro del mismo parque, vemos como los niños juegan. Mel y yo nos sentamos en un banco y empezamos a hablar.
Y así pasa nuestra mañana, entre risas, ver a los niños divertirse y recordar viejos tiempos:
-¿Ya son las dos y cuarto?-digo observando mi reloj.
-Si, ¿vamos ya con los chicos?
-Si, será lo mejor.
Caminamos y llegamos hasta el restaurante. Veo que Iván abre los ojos como platos y yo camino con la cabeza bien alta. Llegamos a ello y Mel se va con Mario, para arreglarlo. Como la he aconsejado. Iván viene a mi y se pone a muy cerca de mi cara. Respirando ambos el mismo aire. Me coge de la cintura y dice:
-Aún sigo esperando mi beso.
…………………………………………………………………………………………………………….
¡Chicas! Espero que os guste. Siento la tardanza pero este es el tercer intento de capítulo que hago. Espero que os guste. Comentad ¿si? Un besazo a todas.

miércoles, 18 de abril de 2012

#8: "Demasiado".

Y sigo siendo como una niña, al saber que por más que llore, nadie me va a poder comprar otro juguete al que llamo corazón.

La noche había sido demasiado agotadora, y ni Mario ni yo habíamos sacado nada en claro. Se veía a leguas que nos moríamos por un beso, pero también se veía que eso llevaba el cartel de ‘imposible’ colgado desde demasiados kilómetros de lejanía. Es verdad que yo no creía que eso fuera así, era de las que pensaban que todo se podía conseguir, que nada ni nadie lo podían impedir, pero también pensaba que lo nuestro era puro amor de verano.
Mandy e Iván estaban encerrados en el cuarto, mientras que yo estaba sentada con los pies en cruz en el sillón plateado de Amanda. Llevaba los cascos de ella, y su móvil mientras que veía fotos de la noche que habíamos pasado todos. Me absorbí, tanto en mi misma, que por un momento no llegué a escuchar nada de lo que sucedía a mi lado. Intentaba buscar la razón y el causante a todos esos dolores horrorosos de mi cabeza, y a las ganas que tenía de echarme a llorar en ese momento a solas. Quizá era la distancia, o que echaba demasiado de menos a la pesada de Mercedes, mi madre. Quizá era que me ponía loca el hecho de pensar que Mario había salido con Clara a pesar de que me había dicho que le gustaba desde hacia tiempo, o el que no hubiera aparecido aún para darme los buenos días. La música subía porque apretaba más al volumen para no oír nada, y seguía pensando más fuerte que todo aquello que pudiera distraerme. De repente, alguien me tapó los ojos, y me quitó los auriculares. Se acercó a mi oído, y casi como la brisa matinal del mar, me susurró un buenos días princesa, acompañado de un dulce beso en la mejilla. Sonreí, como si todo lo que había pasado por mi cabeza nunca hubiera tenido lugar allí, y le abracé.
-¿Veo que me has echado mucho de menos, no?
Asentí como una niña pequeña moviendo mi coleta.
-Qué preciosa estás por las mañanas.
-Aún no me he pintado.-Dije-No hay ganas porque no me apetece salir.
-¿Y eso?-Me apartó del sillón, se sentó él, y luego me subió encima de sus piernas-¿Qué le pasa a mi niña gnomo?
Lo miré repulsivamente mientras se reía y me cogía de las manos.
-Veo que estás de mal humor. Será mejor que no te caliente si no me quiero llevar un bofetón, ¿verdad?
-Efectivamente.-Contesté-¿Y qué tal tu noche? ¿Muy sola? ¿Has estado con alguien? ¿Has echado en falta algo?
-Hey catalana, tranquila.-Sonrió-Despacio que me lías. Mi noche ha sido sola y triste. No he estado con nadie, y he echado de menos tu voz y tu sonrisa. ¿Y la tuya?-Me quedé en blanco y roja como un tomate. Por suerte Iván y Mandy salieron cogidos de la mano miraron al comedor, saludaron a Mario, y volvieron a entrar sin decir nada más. Me quedé en silencio durante varios instantes, y cerré los ojos intentando aguantar lo que llevaba encima.
-¿Y tu noche, mi niña gnomo?
-Con mi Manolita. Con ella ya soy suficientemente feliz.-Dije en un tono demasiado cortante-No necesito a nadie más en mi vida.
-¿Ni a mí?-Contestó tocando el pelo-¿No me necesitas para ser feliz?
-¿Porqué saliste con Clara, si yo te gustaba?
-Sabía que saldría esto.-Dijo llevándose las manos a la cabeza y suspirando-Es demasiado complicado.
-Soy demasiado lista para entenderlo.-Dije mirándole a los ojos-¿Por qué? ¿No sabías el daño que me hacías haciéndolo?
-No tengo perdón, y lo entiendo.
-No, no lo entiendes. ¿Es que no sabías que me hacías daño, Mario? ¿Te piensas que soy de piedra, o qué? Tío, me jode saber que ella está más cerca que tú. Que tus te quiero eran para ella, y no para mí. No, no lo sabías. Lo hiciste sin querer, como todos los tíos hacéis. Estoy harta de ser siempre el segundo plato de todo el mundo. De que nunca sea la primera opción, porque hay muchísimas chicas mejores que yo. Harta de que la única persona que me quiera sea Amanda. De que no tenga a otra en mi vida, porque nadie ninguna vez se ha preocupado por mí. Harta de seguir fingiendo que estoy bien, cuando en realidad necesito que me des un abrazo ya, y salgamos de aquí. En serio Mario, no te entiendo ni te entenderé nunca, al parecer.
-Mel… No sabes porque lo hice.
-Y no sé si me apetece saberlo. No sé si lo que quiero hacer es coger las maletas e irme con Manolita e Iván, y no verte. O si de verdad lo que me apetece hacer es pasar este mes contigo, y ser feliz a tu lado aunque sea poco tiempo. No lo sé, y dudo mucho que lo sepa. Te necesito en mi vida tanto como necesito a mi mejor amiga. Pero tú, a diferencia de ella, desaparecerás. No eres para siempre, Mario. No lo eres ni lo serás nunca. No puedo vivir sin ti, y lo reconozco, pero también sé que tengo que acostumbrarme hacerlo. Porque si no lo hago ahora…-Rompí a llorar. Me apoyé en el hombro de Mario, pero enseguida salió Mandy y me llevó a su cuarto. Mario se quedó en la puerta de la habitación, esperando en el salón a que saliera, e Iván intentaba que le explicara que había pasado. Amanda me mira, sorprendida pero con ese brillo en los ojos que me indicaba que iba a llorar ella también. Me eché a sus brazos como una niña pequeña, y nos sentamos en el suelo con la espalda en su espejo. Amanda me susurraba cosas preciosas y me tranquilizaba tocándome el pelo mientras yo lloraba. Pero aún así no era suficiente para que este dolor se pasara, porque había aguantado mucho tiempo así- Clara me había dolido desde el momento en el que supe que estaban saliendo, y desde el primer te quiero que se habían dicho. Era como una especie de etiqueta en una chaqueta. Te raspa, te duele. Te molesta porque sabes que está ahí, y que para quitarle tienes que cortarla con unas tijeras. Clara era como la etiqueta de mi corazón. Estaba ahí, porque sabía que aún era importante en la vida de Mario. Sabía que él, a pesar de que sentía mucho por mí, aún quería a Clara. Aún sentía esos te quiero, y estaba segura que cuando cerraba los ojos el primer rostro que se le aparecía, era el de ella. Era una puta etiqueta, y me estaba tocando lo que no sonaba, cuando a Mario se le humedecían los ojos al hablar de ella.
-¿Qué pasa mi vida?-Dijo Amanda limpiándome las lágrimas-¿Qué te pasa con Mario?
-Es que… no puedo decirlo Mandy. Me duele demasiado.
-Va, corazón. Si quieres puedes. Hagas lo que hagas, o sientas lo que sientas hacia él, yo te voy apoyar. Y si te duele, y no puedes sola, déjame ayudarte.
-Pero Mandy…
-Venga, dímelo.-Dijo poniéndome un mechón de pelo detrás de la oreja-¿Por qué has llorado?
-Por qué le quiero demasiado.

#07 Hasta el fin de mis días.



Amanda.
-¿Estás bien? Mel suele ser muy burra-le toco la mejilla y se la acaricio, mientras le miro a los ojos.
-No cal que me lo jures, pero es la primera vez que me da un bofetón-se ríe y yo con él.
-Bueno, pero no te duele, que es lo importante, ¿no?-pasa su mano por mi cintura.
-No, no me duele-dice en un susurro. Paso mis brazos por alrededor de su cuello. Nos vamos acercando cada vez más pero en ese instante, oigo a alguien toser.
-Bueno, Manola, vámonos al burger-dice Mario pasando su brazo izquierdo por la cintura de Mel.
-¿Manola? Mira que yo también se partir caras, ¿eh?-le miro amenazantemente mientras que Iván me coge por la cintura, no vaya a ser que haga lo mismo que Mel anteriormente.
-Vámonos ya-empezamos a caminar todos hasta el Burguer King, entramos y pedimos cuatro hamburguesas. La cena transcurre entre risas y tonterías, ya que, es lo único que sabemos hacer.
-Bueno, voy al baño-me levanto.
-Vale, ¿te acompaño?-me pregunta Mel levantándose ella también.
-No, no. Déjalo, no me voy a perder-me río y ella también.
-Vale.
Me dirijo hacia los baños, entro en una de las cabinas y me agacho, poniendo las rodillas en el suelo. Precipito mi cabeza hacia el agujero y meto los dedos en mi boca, noto como la hamburguesa recién tragada sale por la boca. Con un “Puag, que asco” tiro de la cadena y me voy a lavar la boca. Me lavo los dientes y salgo normal pero cuando me voy acercando a la mesa, sonrío mucho. Iván está solo, los otros dos, a saber donde se han ido:
-¿Dónde han ido los otros dos?
-No lo sé-me contesta Iván-Se levantaron, se despidieron y se fueron.
-Bueno, entonces, ¿te enseño Madrid?
-Vámonos-se levanta y me coge de la mano, como ha hecho tantas y tantas veces hoy.
-Bueno, solo te puedo enseñar el barrio porque Mario no me ha dejado los bonobús y no me apetece pagar-se ríe.
-Vale.
-Mira, esté es mi antiguo colegio. Una mierda lo sé. Y aquello…-así transcurrió la noche enseñándole todo Carabanchel y notando su mirada sobre mi cuerpo, fija. Sin moverse. Cómo si quisiese rememorar el momento.
2 horas después.
-¿Qué hora es, Iván?-quita el brazo de alrededor de mis hombros y mira su reloj.
-Las doce y veinte-abro los ojos como platos.
-¿¡Las doce?!-asiente-¡Corre vámonos!-nos levantamos del banco y empezamos a correr. Suerte que estábamos cerca de casa. Entramos y…no hay nadie.
-¿Por qué hemos corrido?-dice Iván separando las palabras con un suspiro.
-Para que Mario no me “echara una bronca” pero creo que se la tendré que echar yo a él.
-¿No están?
-No. ¿Les llamo?-digo sacando el teléfono de mi bolsillo. Iván me detiene.
-Déjales que se diviertan, anda-se acerca a mi y pone mi pelo detrás de mi oreja. Me acaricia la mejilla y me mira a los ojos-¿Sabes que te has puesto muy guapa?
-Muchas gracias-me sonrojo.
-La verdad, la pura y cruda verdad-se acerca cada vez más a mi hasta que, se abre la puerta y se oye un suspiro. Seguramente de Mel.
-Mario, corre, vámonos-susurra Mel, lo suficientemente alto como para que lo oiga.
-¿Pero por qué?-Mario habla mucho más alto-Iván, al darse cuenta de la presencia de los desaparecidos, se separa lentamente de mi, con cara de pena.
-¡Ves! ¡Ya les has cortado el rollo! Si es que…-le da una colleja que resuena por toda la casa.
-No pasa nada-digo sonriendo amargamente-Yo me voy a dormir ya, buenas noches a todos.
-Buenas noches, Mandy-Mario me da dos besos. A Mel otros tantos y a Iván un apretón de manos.
-Yo también me voy-Iván me mira y me acaricia la mejilla-Descansa.
-Lo mismo te digo-le sonrío y le doy un beso-Mel, ¿te vienes?-asiente. Entramos a la habitación y me sonríe.
-¿Os habéis besado?-pregunta ansiosa por mi respuesta. Niego con la cabeza y ella entristece rápidamente-Siento haber entrado…-la interrumpo.
-No te preocupes además, es demasiado pronto, ¿no crees?
-Boba, le conoces desde hace años y casi mejor que yo. Además, se nota que os gustáis. Hay chispas cuando os miráis.
-Mentira, además sería imposible estar con él.
-Mandy, recuerda: “Los imposibles no existen”
-No utilices mis frases, guarrilla-la envío una mirada amenazadora y me río a carcajadas.
-Va, Mandy, os gustáis. Deja de negarlo.
-Lo negaré hasta el fin de mis días.
-Bueno, haz lo que quieras, me voy a dormir. Buenas noches, mi niña. Te quiero-se pone el pijama rápidamente y me da un beso en la mejilla.
-Y yo, mi vida, y yo-se tumba y yo hago lo que hizo ella anteriormente. Me meto en la cama y pensando, me quedo dormida.
Al día siguiente.
Me despierto oyendo unos susurros, agudizo mi oído y escucho mejor:
-¿Por qué no la has dicho que estás enamorado de ella?-dice una voz parecida a la de Mario.
-No puedo tio, son muchos años…-ese es Iván. La tripa se me revuelve, ¿de quién están hablando?
--Va, Iván, ¿eres un miedica? No. Pues va, díselo-esa es Mel. Yo me estoy liando.
-Vale…Cuando pueda y me atreva, se lo digo-Oigo pasos y Mel me mueve.
-Mandy, despierta-abro los ojos y la miro con una sonrisa.
-Que guapa eres, joder-se rie y la abrazo.
-Te echaba de menos estos meses.
-Y yo a ti, vida.
-Buenos días, bella durmiente-Iván entra en la habitación y yo me tapo la cabeza con las sábanas.
-¿Qué hace?-le pregunta él a Mel.
-Tengo pelos de loca-ellos se ríen-No me hace gracia.
-Tú estás guapa de cualquier forma-dice Iván.
-Eso es mentira, soy muy fea.
-Como vuelvas a decir eso te pego-me amenaza Mel. Se acerca a mi cama y empieza a hacerme cosquillas.
-¡Parad!-río y río pero no paran.
-Cuando digas: “Os quiero Iván y Mel”-dice el primero.
-¡Nunca!-me hacen más cosquillas aún- Vale, vale “Os quiero…”
-¿A quién quieres?
-A vosotros, ¡parad ya!-pego un grito y paran.
-Uuuu, Mandy…-dice Mel.
-¿Qué?
-Que ahora si tienes pelos de loca-se ríe.
-¡No!-me tapo con la manta.
-Va, vístete que quiero ir a dar una vuelta.
-¡Voy!-me levanto rápido de la cama y echo a Iván de la habitación.
-Vale, vale, pero me voy porque yo quiero-dice este antes de cerrar la puerta.
-¿Qué me pongo?-abro el armario y empiezo a mirar.
-Voy a ponérmelo-me lo pongo.
-Dios, que bien te queda-sonríe y me da un abrazo-Sal, vamos-me empuja hacia la puerta y veo a Iván que me está mirando de arriba abajo con la boca abierta.
-¿Qué pasa?
-Que… estás muy guapa-sonríe y yo me sonrojo, como siempre que me dice un cumplido.
-Muchas gracias, tu también.
-Bueno, vámonos. ¿Dónde vamos hoy?
-Básicamente, a cualquier lugar.
-¿Y eso donde está?-dice Mel.
-Pues en el País de Nunca Jamás-respondo sonriente, como una niña pequeña.
-¿Aún sigues creyendo en eso? ¿Cómo en E.T?-dice el graciosito de Iván.
-¿Quieres que te pegue?
-No te atreverías-me acerco hasta tenerle a cinco centímetros de mi cara.
-¿Tú crees?
-Yo creo.
-¿En serio?
-Chicos, ¿cuándo os vais a besar?-dice Mel mirándonos con una sonrisa-enrojecemos los dos y nos separamos.
-¿Perdona?
-Como no os beséis os juro que moriré-exagera mi amiga.
-Pareces andaluza, no veas como exageras.
-Eso me lo dice mi abuela-me contesta Iván.
-Tú estás buscando que te pegue ¿no?
-No, claro que no-pone una sonrisa gilipollas como contradeciéndome.
-¡Ya verás!-echo a correr detrás de él. Me recorro toda mi casa hasta que se mete en su habitación. Le rodeo contra la pared y él me da la vuelta, quedando al revés. Yo contra la pared y él con sus dos brazos a los lados de mi cabeza.
-Entonces…¿cuándo nos vamos a besar?
……………………………………………………………………………………….
Corto, ni me lo he repasado, pero tengo que estudiar y quería subirlo antes de hacerlo. Espero que os guste. Y el siguiente le toca a Mel. Un besazo a todas.
PD: Gracias por los comentarios, sois las mejores <3

lunes, 16 de abril de 2012

#6: "Te mentí".


Mel.

Abracé a Amanda con todas mis fuerzas, y sonreí.
-¿Cuántos momentos, verdad? Éramos niñas.
-Sobre todo  tú. La primera vez que te vi, pensé que me habías timado y realmente no tenías catorce años. Eras, y eres una enana. Y lo seguirás siendo.-Se echó a reír.
-¡MI MAMÁ ME DA POTITOS Y A TI NO!-Dije alargando la o mientras Mario se reía.
-¿Es o no es una enana?-Dijo Amanda intentando mirar a Mario mientras me cogía y me hacia cosquillas.
-Es una enana.-Afirmó él.
-¡MARIO MIRA QUE TE ENGANCHO!-Le dije girándome hacia él-¡No me tientes que te engancho!-Contesté con una sonrisa.
Me cogió de la mano, como había hecho antes, y me atrajo muy cerca de él.
-No si antes te cojo yo.
Me sonrojé y Mandy soltó su famoso: “Ooooooh” Seguido de varias palmadas alegres.
-¿Nos vamos?-Dijo Iván asomándose por la puerta-Anda, mírala la desaparecida.
-Chs, calla.-Contesté mientras me separaba de Mario-Vámonos venga.
Salimos todos de casa de Amanda, y nos metimos en el ascensor. Iván y Amanda se miraban cómplices, buscando algún hueco para hablarse. Mientras tanto, Mario buscaba mis manos para entrelazar sus dedos con los míos y hacerme sonreír como solo él sabía hacer.
El ascensor se paró en la planta baja. Amanda e Iván salieron los primeros, sonriendo y llenando la portería de risas, mientras que yo y Mario, siendo mucho más mayores que ellos, íbamos sonrojados de la mano. Recordando que había pasado en el parque y mirándonos al hacerlo.
Cuando llegamos al parque, Mario se sentó cerca del lago, y me invitó a sentarme a su lado. No teníamos nada que decirnos, es más, hablaba demasiado, y en esos momentos me había quedado en blanco, y él buscaba en su cabeza algún tema del que poder sacar una conversación decente. Me decanté por decirle, que le parecí la primera vez que me vio. Él, siendo sincero, me dijo que a primera vista, y estando con Clara, no le había llamado la atención. Hacía años que nos conocíamos aunque estuviéramos a distancia, y nunca se había planteado mirarme de otra forma que como la amiga de su vecina. Yo, en cambio, pensé en las noches en las que soñaba, que nuestra conversación cambiara radicalmente. Pero también, en las veces que me había cagado en su novia, por el hecho de estar más cerca de él que yo. Seguimos hablando, y llegamos a la conclusión, que en un punto de nuestras vidas, nos llegamos a gustar.
-¡Hey, Mel!-Miré hacia Amanda-¿Me has oído?
-Perfectamente.-Le contesté intentando que no se diera cuenta de que era mentira.
-Repite la última palabra que he dicho antes de esta frase.
-Preciosa.-Me acerqué a ella y le di un beso en la mejilla-Perdóname, estaba ausente.
-Ya te he visto ya.-Me devolvió el beso, y me cogió del brazo-Estaba diciendo-me dijo mientras Iván se iba hablar con Mario-que vamos a ir a un McDonald’s.
-¿Y eso?-Dije yo.
-Ya, a mí no me hace mucha gracia por el tema de las calorías-le pegué en el brazo-, ¡Bruta!-Me eché a reír.
-Pero…-Dije continuando la frase.
-Iván se ha empeñado en que es la mejor idea, y que no queda alternativa. Tampoco te quiero llevar a un restaurante pijo y refinado donde no la podamos montar, pero ya me entiendes. En la hamburguesería de momento estaremos bien. Ya si eso, mañana te llevo a comer las dos solas a un bar de debajo de mi casa, y tenemos tú y yo una charla de chicas.-Dijo mirando hacia ellos-O esta noche.-Acabó.
-Me parece bien, Manolita.-La abracé, y volvió a reaparecer Iván.
-Señorita…-Me dijo quitándome de en medio.
-¡ES MI AMIGA!-Dije riéndome mientras me alejaba-¡Mira que te llevas un sillazo en la boca!-Se echó a reír, y me miró desafiante.
-¿Eres tonta, o peinas calvos?-Sonrió, como solía hacer cuando quería picarme, y me volví a acercar para chulearle delante de sus narices.
-Peino a tu padre, gilipollas.-Amanda estalló a carcajadas, mientras Mario se acercaba y se unía a la pelea que íbamos a tener mi amigo y yo.
-Enana. Medio metro. Mocosa. Bajita de mierda.
-Repítelo más fuerte.
-¡ENANA, MEDIO METRO, MOCOSA, BAJITA DE MIERDA!
-¡Verás!-Me puse de puntillas y le cogí del cuello de la camiseta de pijo que gastaba. Lo bajé hasta mi altura, mientras Mario y Mandy se apartaban, y le solté una bofetada grande y ruidosa.
-¡Burra!-Dijo mientras se acariciaba el rostro, y le decía a Mario que me cogiese de la cintura.
-¡No me calientes, Iván! ¡No soy bajita, soy corta de huesos!
-¡Tú tía!-Dijo mientras se reía. Lo miré desafiante y me lancé otra vez para pegarle.
-Mel por dios.-Me aguantó Mario-Lo vas a matar.
-Eso intento.-Dije poniendo voz amenazadora mientras Mandy tocaba la mejilla abofeteada de Iván.
-Que bruta eres.-Dijo sentándome en un bordillo alto.
-¡Se ha metido con mi estatura!-Sonreí y me dio un abrazo.
-Estás preciosa con esa estatura. Eres como una muñeca de porcelana.-Me sonrojé.
-Nadie nunca me había dicho eso.-Dijo jugando con sus manos-Muchas gracias.
Mario y yo nos miramos nuevamente como llevábamos haciéndolo toda la tarde. Me bajó de allí donde me había sentado, y nos acercamos a ver como estaba mi amigo y yo. Mientras caminábamos hacia ellos, vi como Iván pasaba su brazo por la cintura de Mandy, y en como ella le rodeaba con los brazos por el cuello. Estaba a punto de ver un beso en directo, cuando de pronto Mario se acercó a mi oído.
-Respecto a lo del parque…-Dijo con un tono suave-Te he mentido un poco.
-¿En qué?-Dije sin apartar la vista de mis amigos.
-Me gustas desde la primera vez que te vi.
***
Subo porque Manolita quiere que lo suba, pero en realidad este iba a ser para mañana :) Espero que os guste, porque le había dicho, que si no había más de tres comentarios no lo subía ;) Principalmente porque no quiero que haya gente que lea esto antes de leer el suyo, porque aquí esta la continuación :)
Un besazo chicas, y hasta mañana <3